que cueles tus dedos por debajo de mi ropa
que me toques la carne,
que me palpes la piel con tus manos calientes.
Me gusta sentir en mi vientre el calor del tuyo.
Tus abrazos piel con piel,
el siseo que hace tu aliento cuando se escapa de tu boca,
cuando se estrella en mi pecho y me quema hasta dentro.
Me mezclo contigo, piernas que se entrelazan,
brazos que recorren distancias, manos que cobran vida,
que buscan calor en las zonas prohibidas.
Besos que saben a nube, que elevan mis ansias,
besos sin fin, que no tienen principio.
Me gusta que me toques la carne,
que la toques y la sientas,
que te pasees despacio por las dunas de mi cuerpo
trazando caminos nuevos que todos llegan al mismo punto.
Tardes en las que se para un poco el tiempo,
en las que descubro emociones que me sacuden el suelo,
momentos que llevan tu nombre,
que lo susurro mil veces y mil mas que me aletea por dentro.
ELI,17
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