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A menudo me siento y me concentro en escuchar lo que mi alma me quiera contar...¿quieres leerlo?

viernes, 2 de marzo de 2012

LATIDOS 2





Cinco días habían pasado desde  mi encuentro furtivo en el hotel Oriental con mi misterioso escritor. Cinco días con sus infinitas noches en las que el tiempo parecía ralentizado por un viejo embrujo. A todas horas corría desesperada a abrir el buzón con la esperanza de encontrar algún sobre de color luminoso que cambiara para siempre mi existencia.
Pero solo encontraba facturas o el fondo vacio en el cual me pareció creer ver una sonrisa mofándose de mi actitud inmadura e irracional…
-¿Y qué más da?, ¿Y si prefiero vivir enganchada a un sueño, a una realidad fantasma que me saque de las tinieblas de mi solitaria vida?
No puedo tener hijos, Ismael  y Yo lo intentamos durante más de 5 años, pero teníamos claro que no queríamos dedicar nuestra relación a la exclusividad de la búsqueda de un bebe que por algún extraño motivo no quiere dejarse caer en mi vida, ahora lo agradezco, Ismael se ha ido lejos y no podría tener ese vinculo con el después de lo que nos ha pasado. Aunque el no ser madre a veces me hace sentir una soledad absoluta.
Por eso me agarro con fuerzas a la posibilidad de una aventura que me distraiga de la rutina impuesta por mi trabajo y el silencio de mi apartamento.
El  jueves  me desperté temprano, tenía la mañana libre así que decidí ir a la feria de libros antiguos que ponían en la plaza del Arzobispo Gregorio Aguirre. Hacia una preciosa mañana de marzo y quería disfrutar del tímido sol que ya empezaba a calentar el mundo o por lo menos esta parte de él.
Caminaba inmiscuida en mis pensamientos cuando la vibración del móvil que llevaba en mi bolsillo me hizo dar un respingo, la pantalla silenciosamente iluminada me indicaba que tenía un mensaje de texto.
“NO PUEDO DEJAR DE PENSAR EN TI, EN EL SABOR DE TU CUERPO Y EL CALOR DE TU BOCA. ME ENCANTA OBSERVATE EN ESTE MOMENTO…” A.K.
Mi cuerpo era en aquel momento la clara respuesta de la naturaleza ante el acecho de un animal salvaje. Mis músculos se tensaron, mis pupilas se dilataron y quedo todo mi cuerpo contraído en un espasmo del que poco a poco me tuve que librar para que la gente no empezara a acercarse a socorrer a esta pobre loca que parecía haberse clavado en la tierra, en la entrada del parque.
¿Me estaba mirando en este momento? , de repente sentí una oleada de calor que recorría el interior de mis venas sustituyendo la sangre por melaza cálida, espesando mis movimientos y aletargando mis pasos. Decidí sentarme en un banco que encontré delante de un arbusto, resguardado de las ajenas miradas y allí mismo, enganchado al respaldo de acero del viejo banco encontré un sobre de color morado intenso con letras blancas en las que podía leer mi nombre. Un estallido de alegría juvenil rompió mi pecho haciendo que mi sonrisa iluminara aun más el soleado día de principios de marzo. La leí muy despacio, apurando las palabras para que no acabara esa sensación.
“EN LAS NOCHES MAS OSCURAS SUEÑO CON QUE SEAS LA PRINCESA DE MI HAREN, TU OLOR SE ESPARCE POR MI MENTE Y EL RECUERDO DE TU HUMEDO SEXO AVIVA EL ANSIA QUE TENGO POR VOLVERTE A SABOREAR, DEJAME OTRA VEZ HACERTE SENTIR LA DIOSA QUE ERES  Y REGALAME LA CALIDEZ DE TU CUERPO, SOLO DESEO EXISTIR EN ESTA VIDA PARA HACERTE GOZAR”.  A.K.
Sábado 23:30 Hotel Oriental, suite imperial.
Otra vez creí morir, otra vez la extraña sensación de que me habían hechizado, algo misterioso me atraía ciegamente a los brazos de un ser que no tenía cara, ahí me quede postrada en aquel viejo banco sintiendo en el pecho un caballo desbocado.
¿Pero quién era aquel hombre misterioso que había posado sus ojos en mi?
Me deje llevar por los caminos de la confianza  y pensé en que me gustaría volver a acudir a la cita en el hotel Oriental, estoy muy sola y no le debo nada a nadie así que decidí que iría a su encuentro. Esta vez  me cito en la suite, aquello me llamo bastante la atención pues sabía que era un hotel carísimo, ni siquiera imaginaba que disponían de suite, ni muchos menos que alguien había pagado ese desorbitado precio solo por  pasar un rato conmigo.  Si mi misterioso  escritor A.  quería hacerme sentir como una princesa…. Estaba empezando con muy buen pie.
Me levante del banco dispuesta a llegar a mi casa de repente ya no tenía ganas de pasear por la feria del libro, solo quería dormir durante dos días seguidos  y despertar ya el mismo sábado. Cerrar los ojos …. Volver a abrirlos y estar en sus brazos y sentir el latido del mundo concentrado entre mis piernas.
Caminaba con la cara mirando al sol, presa de una inmensa felicidad que me hacia saludar a todos con los que se cruzaban a mi paso, el día era maravilloso, la gente era maravillosa y Yo estaba empezando a creer que me estaba volviendo loca de felicidad.
Al llegar a mi edificio encontré a  doña Rosa con sonrisa socarrona esperándome en la puerta de mi casa, llevaba una caja de gran tamaño y  poca profundidad de color malva con pequeños corazones blancos.  Me miraba con astucia y la cabeza altiva, como todas las vecinas chismosas esperando saber los detalles más ocultos.
-Es para ti- me dijo.
-La han dejado esta mañana en mi casa porque en la tuya no había nadie, le he dicho a la señorita que la traía que me la podía dar a mí, que Yo te la entregaría gustosa, no la he abierto no te vayas a pensar que lo haría-.
-Muchísimas gracias doña Rosa, ¿le dijo algo mas la señorita?
-No, tan solo que tuviera muchísimo cuidado, que contenía algo muy delicado, ¿te ayudo a abrirla?-pregunto mi vecina con los ojos echando chispitas de ansia.
-No, gracias por su interés y por el favor, adiós doña Rosa.- le dije, y cerré mi puerta de golpe abrazada a esa caja pidiendo al cielo que A.   fuera el remitente.
Y si lo era, vaya si lo era….
Al entrar en casa me dirigí como una loca a mi habitación dejando caer muy despacito la caja en mi cama, estaba sujeta con un gran lazo blanco y lo solté con mucho cuidado, como si fuera la cosa más frágil que han tocado mis manos, al levantar la tapa tuve que cerrar los ojos pues una intensa oleada del perfume de A. me hizo tambalearme y rebobinar rápidamente en mi mente a la noche en la que nos encontramos por primera y única vez. Al volver en mi abrí los ojos y separe el papel de seda que envolvía mi tesoro.
Un precioso vestido de color gris se desenvolvió ante mis ojos. Era un largo vestido de noche como el de las estrellas de Hollywood, ese vestido que todas deseamos tener y sobre todo tener también la ocasión que lo merece, para poder lucirlo con confianza, el escote en palabra de honor y con zapatos de vértigo haciendo conjunto. En el fondo de la caja una nota.
“ANTES DE QUE LO HAGAN MIS MANOS, DEJA QUE ESTA PIEZA UNICA COMO TU, ACARICIE TU CUERPO EN LA NOCHE DEL SABADO, PERMITEME DESPUES CUANDO EL VESTIDO HAYA HECHO SU FUNCION, DESPOJARTE DE EL Y CONTEMPLAR A LA LUZ DE LAS VELAS EL PERFIL DE TU CUERPO.” A.K.
Un sueño largo y maldito, un día cerré mis ojos y no los volví a abrir y aquello era un sueño y nada más, no podía ser real, esto no podía pasarme a mi… Pero si está pasando, si era real y era sobre todo maravilloso.
El sábado pase la tarde en casa contando las horas, los minutos y los segundos. Con el vestido colgado en una percha mirándome, haciendo que volviera a posar los pies en el suelo y ayudándome a ver toda esta historia como algo real.
Otra vez a las 23:15 atravesaba el vestíbulo del lujoso hotel, con mi nuevo vestido, con los zapatos a juego y con las piernas a punto de desplomarse allí mismo dejando ver al resto de personas mi fragilidad. Solo tenía que conseguir llegar a la suite sin desmayarme, parecía fácil, pero ya te digo, que no lo fue.
Caminando hacia los ascensores escuche una voz que parecía decir mi nombre, me volvi emocionada y muy intrigada al creer que por fin le pondría rostro a A.
Era el mismo gerente del hotel, que se presentaba mientras me indicaba con su mano la dirección opuesta a los ascensores.
-Señorita, Permítame que la acompañe a la suite, el señor Kalem la está esperando.-
Muy nerviosa cruce el pasillo acompañada del gerente que me invito a pasar a un ascensor privado que me conduciría al mismo salón de la suite imperial.
Ya no había vuelta atrás, me mire en el espejo del ascensor mientras este realizaba su viaje a lo más alto del hotel en lo que para mi seria el mismo techo del mundo, el reflejo que encontré fue el de una mujer  ansiosa con una mirada sedienta que apenas reconocía en mi. Me gusto esa nueva Yo, segura de mí misma con las comisuras de los labios levemente inclinadas hacia arriba, victoriosa y muy mujer. Claro que todo aquello se lo debía a mi misterioso A. kalem.
El ascensor se detuvo abriendo sus puertas a lo que a  mis ojos era un paraíso….
Dando un paso entramos de lleno en el salón de la suite Imperial, era una lujosa estancia decorada al estilo hindu de la que enseguida me enamore, grandes cortinas de terciopelo en color azafran lamian el suelo de oscura madera, un gran sofá con mullidos cojines de telas de seda en tonos dorados, una mesa en el centro con un delicado juego de te. En el ambiente se disolvía el humo del incienso que empapaba la estancia con un sutil aroma a sándalo y flores, muchas flores de extraña belleza colmaban los exquisitos jarrones. En un rincón de la majestuosa estancia descansaba una talla de Kamadeva, dios hindu del amor y de la sensualidad , todo aquello me  resulto de una belleza inimaginable.
A la derecha del salón había una puerta ligeramente abierta  en la que se observaba un precioso baile de sombras de la luz de las velas en la pared.
El gerente se despidió ahí mismo dejándome sola en lo que parecía ser otro mundo. He de decir que en ese momento un remolino de emociones recorrió todo mi cuerpo dejándome abatida  y temblorosa.
Me quite el abrigo y lo deje en el sofá junto con mi bolso. Camine hacia la puerta  pisando una preciosa alfombra que absorbía el ruido de mis tacones.
Lo que escondia aquella estancia era el sueño de las mil y una noches. Alfombras en el suelo, tapices en las paredes y una hermosa lámpara de araña de la que se encendia solo una pequeña bombilla dejando la estancia en penumbras y ahí estaba el, al fondo de la estancia esperándome….





        Elisa Lidon

2 comentarios:

Perillas dijo...

coño pero no nos dejes asi jajajaj como sigue.......

ferran dijo...

con la miel en los labios ¡¡continuere con la lectura ¡¡