no creas que mis dedos se han secado quedando
varios de letras que te evocan.
Ni por un momento pienses que mi piel
ya no te recuerda.
Cada día, cada hora, cada minuto
te llevo conmigo,
te llevo en mis manos que palpan la dureza externa de tu pecho,
te llevo en mis ojos que te miran curiosos cuando estas despistado,
te llevo en mis labios que te besan con ansia,
te llevo en cada centímetro de mi existencia.
No creas que no te escribo porque ya no te siento
cuando eres el ser que habita en mis entrañas,
que llena de luz mis oscuridades
arrancando las negras cortinas de mis pesadillas.
Rebosa mi pecho de ti,
de tus caricias, de tus huellas, de tus besos y tus miradas,
de tus mil ingredientes que agregas a mi vida haciendo de esta
un lugar mejor donde habitar.
Y se me ilumina el alma cuando te siento cerca,
cuando tus dedos dibujan nuestra historia en mi piel,
deslizándose despacio por la superficie de mis carnes que
absorben cada caricia como alimento puro.
Y se me ilumina el alma cuando me abrazas
y el mundo se para y por un momento me desarmo y quedo expuesta,
mecida y envuelta en tus brazos que me cuidan y me protegen.
No creas que no te escribo porque ya no te siento,
no creas ni por un momento que ya no te pienso en las noches de domingo
cuando aún camina tu silueta por mi cuerpo,
cuando aún huelo tu aroma que me lleva a otro mundo
en el que paseo descalza y elevada del suelo.
No te creas que no escribo porque ya no te quiero
cuando aun me duele el pecho al pensarlo,
cuando aun siento que esto es mas grande que Yo,
que me envuelve y me alza, me desnuda la piel
dejándome expuesta al mundo.
ELI.18
