BIENVENIDO

A menudo me siento y me concentro en escuchar lo que mi alma me quiera contar...¿quieres leerlo?

viernes, 29 de julio de 2011

¿COMO NACE UN PARADIGMA?

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.

Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.

Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:

"No se, las cosas siempre se han hecho así, aquí..." ¿te suena conocido?

No pierdas la oportunidad de pasar esta historia a tus amigos, para que, de una o de otra manera, se pregunten por qué están golpeando .... y....
por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si a lo mejor las podemos hacer de otra.


"Es mas fácil desintegrar un átomo que un pre-concepto" -Albert Einstein.

jueves, 28 de julio de 2011

MI NOCHE

No puedo domir
lo intento pero mi mente no me acompaña, se empeña en vagar y alejarse del estado de duermevela y despertar a gritos mi cuerpo para avisarme de que el tiempo pasa sin demora.
No puedo dormir
cierro los ojos pero no puedo evocar ninguna imagen somnolienta, solo luces de vivos colores que tililan como estrellas fugaces haciendo que me despierte todavia mas.
Oigo tu llamada desde la cama pero no puedo acudir, hoy no.
Hoy quiero disfrutar de la soledad impuesta por mi misma y por el negro azabache que tiene esta noche de verano.
Salgo al balcon a disfrutar de la brisa suave y sensual que acaricia mis hombros huyendo del ambiente caliente que caldea mi casa como chimenea.
Estoy sola, solo se oye el silencio que hace ruido a grillos, a algun coche lejano, al ladrido de un cachorro que se aleja de su madre...    ......a noche de verano.
Olfateo y capto aromas que me embriagan como mi amado jazmin,  como el galan de noche...
Que paz se respira.
Aun recuerdo cuando de niña me daba miedo la noche..me acurrucaba en la cama esforzandome por no dormir porque creia que no despertaria.
Hoy si me das a elegir, aqui y ahora pararia el tiempo en esta maravillosa noche de verano con la imagen que vislumbro desde mi balcon.
Mi pueblo dormido, los tejado de las casas que estan mucho antes de que yo naciera descansan bajo un cielo cubierto de estrellas.
A mi derecha las bonitas cruces del cementerio que me hacen sentir mas cerca a los mios que no estan aqui presentes, me gusta tenerlo cerca me transmite paz y serenidad y a su vez me recuerda como una espada de Damocles que me espera, pero no me da miedo, me ayuda a vivir mas intensamente sin perder ni un minuto en hacer o siquiera pensar en cosas que no me apetecen.
En noches asi me gusta creer que estoy sola, que soy la unica persona despierta, que el mundo es mio...
...y lo es...por lo menos mi mundo, ahi donde nadie puede llega,r solo yo y me dejo llevar mecida por la tranquilidad.

martes, 26 de julio de 2011

EL ANCIANO Y EL POZO

Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada de un pueblo. Un día pasó un joven se acercó y le preguntó lo siguiente:
-Nunca he venido por estos lugares, ¿cómo son la gente de esta ciudad?
El anciano le respondió con otra pregunta:
-¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?
-Egoístas y malvados, por eso estoy contento de haber salido de allá.
-Así son los habitantes de esta ciudad, -le respondió el anciano.
Un poco después, pasó otro joven, se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:
-Voy llegando a este lugar, ¿cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano le respondió de nuevo con la misma pregunta:
-¿Cómo son los habitantes de la ciudad de donde vienes?
-Eran buenos y generosos, hospitalarios, honestos y trabajadores. Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos.
-También los habitantes de esta ciudad son así, -respondió el anciano.
Un hombre que había llevado sus animales a beber agua al pozo y que había escuchado la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano:
-¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta realizadas por dos personas?
-Mira -respondió el anciano-, cada persona lleva el universo en su corazón. Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí. En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, también aquí encontrará amigos fieles y leales. Porque las personas son lo que encuentran en sí misma, encuentran siempre lo que esperan encontrar.

viernes, 8 de julio de 2011

ME DOY PERMISO PARA

Me doy permiso para
equivocarme no una sola vez sino todas cuantas
veces me suceda.
Me doy permiso para equivocarme y no sentir que
por un pequeño o gran error el mundo va hundirse
en torno mío.
Siempre hay segundas, tercera, cuartas … y muchas
más posibilidades.
¡ Fuera las ideas de errores irrevocables !


Me doy permiso para
no estar explicando todo lo que hago,
aunque les parezca extraño a los demás.
Me permito no estar justificando mi
existencia ante padres, marido o mujer,
hijos, amigos o compañeros de trabajo.
Me permito callar y disfrutarlo. 


recorte del libro "Me doy permiso para" de Joaquin Argente

jueves, 7 de julio de 2011

SI TU ME OLVIDAS

Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

PABLO NERUDA 20 poemas de amor y una cancion desesperada

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.