que se deslizan por las paredes de mi habitación,
siempre hay un poco de luz,
tenue,apenas perceptible para el ojo humano frívolo y secular
que solo acostumbra a ver sin mirar,
a no destapar aquello que esta tapado,
a no buscar las respuestas a sus dudas.
Ese ser humano que no es un ser sino un vestigio de lo que un día fue,
un sueño frustrado,
un deseo en velas nunca soplado.
Nunca podrían ver aquello que veo Yo en esas noches
tan oscuras,
aquello que me ilumina el alma aun cuando
el negro es tan intenso que me aplasta el pecho
y me cuesta respirar.
Me acuesto y me abrazo a tu sombra,
esa que se queda conmigo siempre que tu te vas.
Aprieto los ojos y aspiro el aroma que encuentro
en un lugar de mi mente,
ese aroma que guardo cuando me paseo por tu cuerpo
oliendo tu piel,
ese olor que es vida, que es inyección de energía.
Lo aspiro y me abruma el recuerdo.
De repente tomas forma acostado a mi lado y
el sueño placido me alcanza y me arrastra lejos de
esa noche sombría.
Ya no hay noches sombrías que no haya aprendido
a iluminar.
ELI,15
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