manto que adormece el latido de los corazones,
manto que convierte la sangre en hielo.
Fuera cae el frío y llega hasta dentro,
llega hasta mi piel y la traspasa como viento.
Se adentra en mi cuerpo y desgarra mi pecho,
partiendo la vida en mil trozos de hielo azul frío.
Fuera cae el frío, alzo mis manos para tocarlo
y congela mis dedos que no encuentran el calor de tus labios.
Se congela mi aliento y se paraliza mi vida
haciendo que de mi garganta no salga ni un lamento.
El silencio se rompe con el sonido del hielo
que se agrieta,
hielo que es mi alma que yace congelada
allá en el fondo de mi pecho.
Ahora nada me invade
y sacude mi cuerpo que cae al frío suelo,
llorando guijarros de hielo tendida en un témpano
que será mi morada mientras espero la primavera.
ELI,14
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