LLUEVE

El cielo se torna gris, 

el aire huele a humedad.

Mi piel tiene sed, 

cansada de caminar por este

desierto que me quema los pies.

Mi cuerpo se cuartea y se seca despacio,

me marchito y siento que el alma se muere....

El cielo se torna gris, 

aún me queda esperanza 

y por ello invocaré al Dios de la lluvia,

para que empape mis ganas,

para que alimente mis ansias.

Esta tarde invocaré al Dios de los besos,

para que una lluvia de ellos caiga sobre mi cuerpo, 

para saciar esta sed que me atormenta,

para que vengas y aniden tus labios en mis rincones.

Esta noche dormiré plácida entre tus brazos

con el alma inundada, 

con el corazón empapado;

y soñaré a tu lado que camino pisando

charcos, 

charcos de besos que se posan en mis pantorrillas,

besos que me cubren y se cuelan por los poros 

de mi piel.

Besos que caen como lluvia fresca y mojan mi corazón.

Eli.14