Somos almas puras envueltas en un cuerpo humano,
somos seres maravillosos que nacemos con un propósito,
no siempre entendible, y que avanzamos en este espacio
con un fin.
Nos rodeamos de seres semejantes y vamos formando
eso tan maravilloso que llamamos "vida",
pero nuestra esencia, nunca pierde de vista su objetivo,
aquel por el cual ha venido a este mundo.
A veces cumplimos nuestra misión demasiado
pronto, y nuestra alma sale de su coraza y abandona
este plano, dejando a los demás sin explicación
y sin consuelo, ya que formamos lazos con los nuestros.
Lazos que nos ayudan en nuestro caminar, lazos irrompibles
como aquel que nos une a quien nos ha dado la vida y nos
ha acompañado y llenado nuestro ser con valores
que no tienen precio.
...Pero llegada la hora de partir, no tenemos mas remedio
que cerrar los ojos y esperar haber llegado a nuestra meta
de la forma mas honrada y divina del mundo.
El resto de personas ha de seguir con su oculto proyecto
y soltar el nudo que nos une a los demás,
no tengas miedo a la muerte,
suelta y deja ir....
Hemos de entender que es una transformación,
que no es un final definitivo.
ELi,13
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