que aún se mueven por mi piel
penetrando mis sentidos,
buscando el mismo centro de mi cuerpo
para posarse y caer extenuados.
Calientes mis manos de recorrerte,
de ansiarte y encontrarte,
de aprender la distancia que separa
tu mano de tus labios.
Esta noche flota en mí una paz
insólita, una extraña felicidad que se asoma
por mi sonrisa aunque nadie la haya llamado.
Repleta de tí,
así se encuentra mi cuerpo
por fuera y por dentro.
Repleto de aquello que tanto quiso,
repleto de besos, de aromas, de caricias
que se deslizan aún por mi superficie.
…Si me encuentro dormida
no me desperteis,
dejadme así,
sintiéndote en mi pecho un poco mas,
viviendo este sueño que se instalo un día
en mi mente, que creció y se desbordó
llenando mi pecho, mi alma y hasta mi corazón.
ELI,15
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