BIENVENIDO

A menudo me siento y me concentro en escuchar lo que mi alma me quiera contar...¿quieres leerlo?

martes, 13 de marzo de 2012

-LATIDOS 4





Desperté la mañana del domingo escuchando el sonido de la lluvia, tarde unos minutos en darme cuenta de donde estaba hasta que unos besos en el cuello me sacaron de mi ensueño. Allí estaba él, por primera vez sentí algo parecido a la vergüenza, quizá más sutil, pero vergüenza al fin y al cabo, no sabía nada de él, podía ser un asesino. Y por otra parte ¿Que pensaría de mi? Una mujer que a la primera de cambio acude a una cita con un desconocido dejándose llevar por sus pasiones más ocultas, no soy así y no quisiera que me considerara una cualquiera, por otra parte no sé que me ha pasado para seguir los pasos de este misterioso hombre, ese embrujo que me crea…
Me volví y su dulce sonrisa pudo conmigo.
-Buenos días princesa, ¿has dormido bien?- pregunto con cierto acento marcado y con una voz potente y poderosa.
-Si, he dormido muy bien. Creo que tenemos que hablar, por lo pronto me gustaría saber cómo te llamas y quien eres y porque te has fijado en mi y….cuando nos volveremos a ver- respondí un poco aturullada. Aquello hizo que el sonriera aun mas y me beso dulcemente.
-Me llamo Abbas kalem y soy de Agra, una gran ciudad de India, estoy en Madrid por negocios desde hace 15 días.-Contesto él mientras me miraba a los ojos.
- El primer día que pase en esta bonita ciudad, lo dedique al turismo y te vi por la tarde en el parque del retiro, sentada en un banco leyendo un libro, tu piel, tu pelo, tu rostro… toda tu me llamo la atención y supe desde ese momento que dedicaría mi viaje a Madrid no solo a los negocios, sino también a conquistar a una bella mujer. Tengo que pedirte perdón por la manera tan fría en la que hemos comenzado, me refiero a las citas sexuales pero desde que te vi no he sentido más en mi que un hechizo mágico que me atrae sexualmente a ti, no puedo reprimir mis instintos más salvajes y creaba en mi mente hora tras hora nuestro primer encuentro.-
Al oír sus palabras sentí un estallido de energía dentro de mí, como una inyección de autoestima y decidí, por primera vez, demostrarle que Yo también me alimento de mis instintos salvajes. Me levante enrollando mi cuerpo con la sabana, dejándolo a él completamente desnudo, le mire directamente a los ojos poniendo cara de niña picarona y le dije:
-Necesito una ducha, ¿te vienes?-    Fue como si se hubiera disparado la alarma de incendios, antes de dirigirme al baño, le tenía delante de mi abriéndome la puerta de forma galante para que pasara.
La estancia era una maravilla, me hubiera conformado con vivir en ese cuarto de baño. Tenía una gran bañera de esas que descansan sobre sus patas en el suelo, con una antigua grifería. Al frente dos grandes lavabos apoyados en un espejo. En una esquina había una cabina completamente cerrada con una pequeña puerta de cristal transparente. Dentro vislumbre lo que parecía un banco de piedra revestido de preciosas teselas que dibujaban un bonito mosaico. Me acerque y Abbas me invito a pasar, tuve la sensación de que me adentraba en otro mundo como en otra dimensión, estaba lleno de vapor cálido y reconfortante y olía a eucalipto. Abbas se sentó en el banco de mosaicos y Yo me senté encima de él, puso sus manos en mi espalda y con la calidez del vapor la pasión de nuestros cuerpos nos dejamos llevar, esta vez tomando yo el mando de la situación.
Deje caer mi cuerpo ligeramente hacia atrás para que pudiera ver la turgencia de mis pechos, mientras él me sostenía con sus fuertes manos. Me incorpore y nos besamos lentamente mientras el vapor cubría de sudor nuestros cuerpos haciendo que las manos resbalaran por la piel. Acerque mis senos a su boca y empezó a lamer mis pezones haciendo que se abrieran para mí las puertas del cielo, empezó a sentirme cada vez mas mojada entre mis piernas y acerque mi pelvis a la suya notando su potente sexo completamente erecto, lleno de vida, abriéndose camino, buscando la tibieza calidez del mío. Seguimos besándonos apasionadamente labio con labio, lengua con lengua y entonces muy despacito comencé a moverme sintiendo todo su miembro dentro de mí.
Echando hacia atrás mi torso para que la penetración fuera al máximo y sintiendo sus poderosas manos como mantenían mi cuerpo mientras me movía rítmicamente. Me besaba en la boca de manera muy sensual mientras me penetraba haciéndome sentir una autentica diosa, su mirada era de lujuria y deseo, me atrajo hacia su boca y comenzó a susurrar palabras en un idioma que no conocía, encendiendo aun mas mi deseo. Creí ver la luz al final del túnel cuando alcance el orgasmo al mismo tiempo que él.  Nos quedamos allí abrazados con los cuerpos completamente sudados ya no solo por el hamman.
-Por cierto-  me dio Abbas. – ya sé que te llamas Candela…

No hay comentarios: