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A menudo me siento y me concentro en escuchar lo que mi alma me quiera contar...¿quieres leerlo?

martes, 23 de agosto de 2011

LA TRISTEZA Y LA FURIA

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden
llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse
cuenta... En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se
vuelven concretas. Había una vez... un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces
de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del
verde se reflejaban permanentemente...
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a
bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos
entraron al estanque.
La furia, apurada, con prisas (como siempre esta la furia),
apresurada -sin saber porqué- se baño rápidamente y más
rápidamente aún, salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente
la realidad, así que, desnuda y con prisas, se puso, al salir, la
primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse
en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún
apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con
pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta
es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto
al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra
con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el
tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo
un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está
escondida la tristeza.



No es la primera vez que subo este precioso cuento de Jorge Bucai
y ten por seguro que no sera la ultima tampoco...me gusta mucho y lo reelo
de vez en cuando para no olvidar que la tristeza es timida y le gusta andar
escondida...Elisa Lidon.

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