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A menudo me siento y me concentro en escuchar lo que mi alma me quiera contar...¿quieres leerlo?

lunes, 4 de abril de 2011

CLAVOS QUE DEJAN HUELLA

Esta es la historia de un muchachito que tenia muy mal carácter.
Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera
la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las
semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio,
clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Un día descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar
clavos detrás de la puerta. Llego el día en que pudo controlar su
carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un
clavo cada día que lograra controlar su carácter.
Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no
quedaban más clavos que quitar de la puerta...
Su padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo: has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta…
Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas
cicatrices exactamente como las que aquí ves.
Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo
como se lo digas lo devastará, y la cicatriz perdurará para siempre.

"Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física"

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