soy torrente de emociones que me mueven a su antojo,
que me hacen postrarme frágil aún cuando batallo en mis guerras.
A veces me azotan cuando descanso en tus brazos
y me siento humana y desciendo del país de los fuertes
para abandonarme un momento, para volver a ser niña,
para necesitar el calor de tus manos que me apaciguan.
Brotan de mis ojos las ganas de no ser nada,
de solo sentir,
brotan húmedos los deseos de piel con piel,
de un abrazo infinito, de un te quiero silencioso
de esos que me dicen tus ojos.
Lloro las fuerzas que a veces me fallan,
lloro las risas que en ocasiones fuerzo,
se abre mi pecho y mi coraza se rompe
y quedo expuesta entre tus brazos y mi carne se torna endeble.
No existe en mi cuerpo la calma infinita,
las emociones me mecen,
los sentimientos me sacuden y no es mi intención acallarlos,
danzan en mi cuerpo y me llevan a sentir mas hondo,
a pedir lo que deseo, a buscar parte de calma en tu pecho mientras duermo.
…y tu te preguntas de donde arrancan esas lágrimas que descienden
por mis mejillas y no son mas que palabras que a veces no digo,
que fuerzas que me nacen de lugares recónditos,
algunas son miedos a los futuros inciertos,
a caminar por el borde, a sentir el paso de los años.
Otras son necesidades que me abaten en combate,
como la de tus besos o la necesidad de sentirte cerca.
Son cristales que me rayan el alma
dejando su impronta, haciendo que sea quien soy.
ELI,16
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