setecientas noches en las que me acunan tus besos antes de dormir.
Setecientos son los días que llevo guardando en mi caja de tesoros
todos tus besos,
a veces la abro y cojo alguno muy despacito
de las que guardo en la misma caja,
una de esas caricias en las que mi cuerpo se estremece
y mis ojos se empañan volviéndose borrosos por el exceso
de ternura que lucha por aparecer en forma de lagrima,
y me la pruebo y siento de nuevo esa paz que me invade
siempre que estoy en tus brazos.
Setecientas son las formas en las que siento que me quieres,
sin susurrar palabras que son frágiles y se desmontan,
porque así me quieres tu,
me quieres con tus ojos, me quieres con tus manos
y con tus labios.
Setecientos días que pasan deprisa enredados
entre risas y miradas,
entre palabras sin sentido que se escapan
las mañanas de domingo bajo las sábanas.
Setecientos días en los que me llevas
cogida de la mano suavemente,
sin apretar,
de manera que el aire pase a través de nuestros dedos.
…Y así pasan tantos días sin que me haya dado cuenta
de que tengo tu nido construido en mi pecho
y que duerme un pájaro hermoso dentro.
ELI,15
No hay comentarios:
Publicar un comentario