Nunca prometo, porque el tiempo pasa borrando
a su paso las palabras que forman los labios.
Lo que ayer importaba pronto se olvida, por eso…
pero hoy se agolpa en mi boca
la necesitad de prometerte que cuando
ya no estemos juntos,
dedicaré un día entero a pensar en ti.
Un día solo,
para que mis ojos no se encariñen
con las lagrimas que brotarán,
un día solo para que la tristeza no se adueñe
de mi cuerpo que quedará desolado.
Prometo dedicar un día a pensarte
tal y como hoy te siento,
a dejarme llevar por esos brazos que hoy me abrazan
rompiendo el muro que rodea mi corazón.
Prometo en ese día sentir el calor de tus besos
que palpitarán por todo mi cuerpo.
Recordaré con gusto amargo la luz que
emana de tus ojos cuando me miras,
ese rayo que me atraviesa el cuerpo,
que calienta mi alma y que me empuja a seguir.
Esa luz que dejará mi estancia a oscuras
cuando ya no estes…
Será solo un día en el que el sol no saldrá
por miedo a mis lamentos.
Será solo un día porque al siguiente dormiré
para olvidar este sueño que me embriaga
en el que estas tan presente y tan palpable.
Eli,14
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