camine sin rumbo, dejando a mis pies que marquen el recorrido.
Camino distraída cuando me percato de que al final de esta calle se encuentra
el vergel donde nació nuestra pasión,
me acerco despacio con el pecho sobrecogido y descubro que esta cerrado,
abandonado y desolado...
Es triste esta visión y a la vez encierra una mágica luz, las enredaderas se adueñan
del lugar tiñendo de verde la mesa donde te escribía palabras mientras te esperaba.
Recuerdo que me gustaba acudir temprano a nuestra cita y caminar por las calles
empedradas, sentarme en la silla mirando la entrada a nuestra cueva, para verte llegar
con tu caminar.
me acude a la memoria ese primer beso que nos dábamos tímido y cargado de anhelos
y deseos...
Permanezco agarrada a la verja que cierra nuestro jardín y al levantar la vista observo
el campanario, ya no escucho el tañer de las campanas que anunciaba que me llamabas.
Ya no aparecerás detrás de mi para abrazarme y robarme un beso en el rincón
nunca mas me harás desbocar los latidos de mi corazón...
Es extraño y amargo
Me alegro de ser dueña de mi mente y mis pasiones, nunca nadie me quitara lo que viví
contigo...
ELI,13
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