acero negro que penetra en Mí
separando lentamente mi piel.
Fino hilo de sangre que resbala
por mi costado, lo miro
y el rojo riachuelo comienza a abrirse paso
hasta desembocar en el suelo.
No siento dolor, no siento nada
el espejo refleja mi cara impasible
y mis ojos sin aliento se fijan en los ojos del espejo
que miran buscando respuestas.
Hundo el puñal un poquito mas,
mi piel se eriza y mis músculos se tensan.
Empiezo a sentir el calor de la sangre,
sangre me emana de mis entrañas,
sangre llena de deseo, de promesas,
de pasión y ahora se marcha de Mí
y me deja vacía, sin vida.
Por fin podre caminar en este mundo
como el resto de los mortales...
sin vida, sin anhelo, solo mirando al suelo.
Se acaba el sufrimiento cuando
la ultima gota de mi sangre cae al suelo...
Ya no siento ni padezco,
ya no mas tendré que olvidar
y mi corazón jamas volverá a llorar
Eli´13
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