El cuento para mis chicas de esta semana...
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas
que colgaban a los extremos de un palo que llevaba sobre los hombros.
Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra
era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino que
tenía que recorrer a pie, desde el arroyo hasta la casa de
su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía
la mitad del agua.
Durante dos años esto fue así, desde luego, la vasija
perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía
perfecta. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de
su propia imperfección y se sentía miserable porque
solo podía hacer la mitad de su trabajo.
Así que la tinaja quebrada habló al aguador diciéndole:
“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido
a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes
la mitad del valor que deberías recibir.
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivo: “Cuando regresemos
a la casa quiero que te fijes en las bellísimas flores que
crecen a lo largo del camino”. Así lo hizo la tinaja,
y vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, ero
de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba
dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces “¿Te diste cuenta de que
las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de
tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré
semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos
los días las has regado. Si no fueras exactamente como eres,
con todo y tus defectos no hubiera sido posible crear esta belleza”
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas, pero debemos saber
que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener
buenos resultados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario