El cuento para mis chicas de esta semana...
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas
que colgaban a los extremos de un palo que llevaba sobre los hombros.
Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra
era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino que
tenía que recorrer a pie, desde el arroyo hasta la casa de
su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía
la mitad del agua.
Durante dos años esto fue así, desde luego, la vasija
perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía
perfecta. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de
su propia imperfección y se sentía miserable porque
solo podía hacer la mitad de su trabajo.
Así que la tinaja quebrada habló al aguador diciéndole:
“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido
a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes
la mitad del valor que deberías recibir.
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivo: “Cuando regresemos
a la casa quiero que te fijes en las bellísimas flores que
crecen a lo largo del camino”. Así lo hizo la tinaja,
y vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, ero
de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba
dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces “¿Te diste cuenta de que
las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de
tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré
semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos
los días las has regado. Si no fueras exactamente como eres,
con todo y tus defectos no hubiera sido posible crear esta belleza”
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas, pero debemos saber
que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener
buenos resultados.
BIENVENIDO
A menudo me siento y me concentro en escuchar lo que mi alma me quiera contar...¿quieres leerlo?
jueves, 26 de enero de 2012
jueves, 19 de enero de 2012
LAS PUERTAS DEL CIELO Y EL INFIERNO
Este es el cuento que les he leido hoy a mis chicas,
me ha gustado muchisimo y soy totalmente consciente de que es asi...
Un guerrero, un samurai, fue a ver al Maestro Zen Hakuin y le preguntó: "¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo? ¿Donde están las puertas que llevan a ellos ? ¿Por donde puedo entrar?".
Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos, sin astucia en sus mentes, sin matemáticas. Sólo conocen dos cosas: La vida y la muerte. El no había venido a aprender ninguna doctrina; solo quería saber donde estaban las puertas, para poder evitar el infierno y entrar en el cielo.
Hauikin le respondió de una manera que sólo un guerrero podía haber entendido.
¿Quién eres?, le preguntó Hakuin.
"Soy un samurai", le respondió el guerrero, hasta el emperador me respeta".
Hakuin se rió y contestó "¿Un Samurai, tú?. Pareces un mendigo".
El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para que había venido. Sacó su espada y ya estaba a punto de matar a Hakuin cuando éste dijo: "Esta es la puerta del infierno. Esta espada, esta ira, este ego, te abren la puerta".
Esto es lo que un guerrero puede comprender.
Inmediatamente el samurai entendió.
Puso de nuevo la espada en su cinto y Hakuin dijo: "Aquí se abren las puertas del cielo.
La mente es el cielo, la mente es el infierno y la mente tiene la capacidad de convertirse en cualquiera de ellos. Pero la gente sigue pensando que existen en alguna parte, fuera de ellos mismos...El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora. A cada momento las puertas se abren...en un segundo se puede ir del cielo al infierno, del infierno al cielo."
lunes, 9 de enero de 2012
jueves, 5 de enero de 2012
EL JOVEN RIO
Me consta que hace mucho tiempo atrás existió un lugar paralelo donde nunca vivió la mano del hombre.
Era un país imaginario donde los pajaros no necesitaban sus alas para escapar de las fauces del ser humano,
los osos no eran mas que tiernos amigos como los de peluche y los sauces... no lloraban, solo se dejaban caer.
En aquel extraño lugar nació un rio. Era un rio de aguas puras y cristalinas con una fuerza vigorosa como son todos los ríos recién nacidos.
Se pasaba el día correteando de aquí para allá arrastrando bajo sus aguas todo aquello que a su paso hallaba, troncos caidos, piedras sueltas, guijarros y hasta algun que otro animalito que perecia bajo sus aguas.
Crecia y se extendia saciando la sed de los animales, de las hadas y de los gnomos del lugar.
Nuestro amigo el rio se sentia cada dia mas poderoso y con mucha mas fuerza, asi que siguio su andadura llevando consigo todo lo que encontraba.
Una mañana desperto con una ligera pesadez, sentia que no podia fluir ni dejarse llevar entre la espesura del bosque, conforme avanzaba se sentia cada vez mas y mas pesado, asi que fue a visitar al viejo castaño que dormitaba en la orilla de un lago.
-Buenos dias amigo castaño- dijo el rio nada mas llegar.
-Hola joven arrollo ¿en que puedo ayudarte?-
-Siento que desde hace algun tiempo he perdido mi fluidez, mis aguas estan cada dia mas sucias y la potencia de mi caudal se desvanece, me siento cada dia mas y mas pesado, al caer la tarde ya no me quedan fuerzas para seguir correteando. Estoy desesperado y no se que hacer, siento que enfermo- Le conto al castaño el joven rio.
El castaño al oir la queja del rio no pudo hacer otra cosa mas que echarse a reir.
El rio enfadado a punto estuvo de marcharse de alli, pero el castaño lo freno diciendole:
-Joven amigo, confia en mis años de experiencia y dejame que te explique el porque de tu pesadez-
Desde que un rio nace hasta que desaparece en lo mas profundo del oceano lleva a su paso nada mas que agua....
su vida, su historia se compone tan solo de agua limpia y pura. El rio tiene la mision de fluir con un torrente vigoroso y para ello no puede arrastrar consigo todo lo que encuentra, si, ya se que los troncos y las piedras que encuentras pertenecen a tu cauce, como tambien lo son los bonitos ratos que pasas saciando la sed de los animalitos y de los gnomos del bosque, pero no puedes llevarte todo hasta el fin de tu viaje, no tienes capacidad para tanto, los rios son solo rios.
A lo largo de tu existencia te encontraras con muchos mas troncos que seran para ti una carga aun mas pesada, no intentes arrastrarlos, tan solo rodealos con tu torrente, fluye por encima, pero no pelees por llevarlo todo contigo sino solo conseguiras cansarte, estancarte y morir.
Disfruta de tu cauce, se feliz sin dejar que los troncos obstaculicen tu caudal...
Te lo dice un viejo castaño que ha vivido mucho como pasa saber que lo mejor es soltar el lastre que te pesa demasiado, sino no pedes avanzar en la vida.
Elisa Lidon.
Este cuento se me ha ido apareciendo a lo largo de toda la mañana en mi mente, no se si os gustara pero he sentido que tenia que darle forma lo mas pronto posible. Dedicado a los rios que pretenden llevar toda su carga el resto de su vida y tambien a los sabios castaños, que dormitan en la orilla del rio creyendose olvidados.
miércoles, 4 de enero de 2012
ESTRELLAS DE MAR
Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar;
una enorme playa virgen donde tenía una casita donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro.
Era un hombre inteligente y culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.
Una
mañana mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura
que se movía de manera extraña como si estuviera bailando.
Al acercarse vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar.
El hombre le preguntó al joven qué estaba haciendo.
Éste le contestó:
-Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán.
Dijo entonces el escritor:
-Pero esto que haces no tiene sentido,
primero es su destino,
morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa,
nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas.
El joven miró fijamente al escritor,
cogió una estrella de mar de la arena,
la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó:
-Para ésta sí tiene sentido.
El escritor se marchó un tanto desconcertado,
no podía explicarse una conducta así.
Esa tarde no tuvo inspiración para escribir y en la noche no durmió bien,
soñaba con el joven y las estrellas de mar por encima de las olas.
A la mañana siguiente corrió a la playa, buscó al joven y le ayudó a salvar estrellas.
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