Me doy permiso para
equivocarme no una sola vez sino todas cuantas
veces me suceda.
Me doy permiso para equivocarme y no sentir que
por un pequeño o gran error el mundo va hundirse
en torno mío.
Siempre hay segundas, tercera, cuartas … y muchas
más posibilidades.
¡ Fuera las ideas de errores irrevocables !
Me doy permiso para
no estar explicando todo lo que hago,
aunque les parezca extraño a los demás.
Me permito no estar justificando mi
existencia ante padres, marido o mujer,
hijos, amigos o compañeros de trabajo.
Me permito callar y disfrutarlo.
Hoy, ayer, anteayer …
Llevo demasiado tiempo haciendo y trabajando en
exceso.
Me han estado sobrecargando y yo me he dejado
sobrecargar:
ahora me permito parar y hacer o no hacer muy
suavemente lo que me apetezca.
El tiempo gran escultor.
Me doy tiempo para desacelerar y
saborear la vida.
Me lo he ganado de sobra.
recorte del libro "me doy permiso para.."
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