momento en el que me elevo y navego
en las aguas de lo vivido.
Justo en este preciso instante,
todo me lleva hasta ti,
desde olor de mi piel
hasta el tacto de las sabanas.
Todo me lleva hasta ti,
me arrasta, me empuja
y me lleva hasta tu pecho
uniendo mi alma a la tuya
sin apenas darme cuenta.
Todo me lleva hasta ti
y en mi defensa diré que nunca luché,
que no soy devota de guerras
y dejo a mi corazón que cabalgue
desbocado hasta colarse por los poros de tu piel,
hasta que me sientas en cada rincón.
Todo me lleva hasta ti,
estremeciendo mi cuerpo
con el recuerdo de tus caricias,
apaciguando mis fieras
que se amansan cuando tu me miras.
Todo me lleva hasta ti
y en este instante ya no soy consciente
de si todo me lleva o si soy Yo
que corro descalza hasta encontrarme contigo,
hasta sentir la fuerza de tus abrazos en donde
me escondo.
Todo eres tu y si me atraes o me lleva,
poco importa,
tan solo me refugio en las palmas de tus manos
que me colman de ternuras mientras la nada me engulle.
ELI,15